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¿Cómo acompañar a los alumnos en el uso de la IA?

La Inteligencia Artificial nos ha traído grandes beneficios y se ha convertido en una herramienta importante para muchos procesos, por medio de esta tecnología podemos abreviar procesos tediosos y automatizar tareas que nos roban tiempo para concentrarnos en aspectos más importantes, como nuestra familia, amigos o desarrollo profesional. Especialmente, para los docentes puede convertirse en una gran aliada en planeaciones, gestión del aula, rúbricas de evaluación, entre muchas otras actividades. 

Sin embargo, a pesar de todos sus beneficios, la IA también puede representar algunos riesgos, especialmente cuando se utiliza sin guía o preparación, por lo que la capacitación y el conocimiento alrededor de estas tecnologías es muy importante. Como docentes enfrentamos además la responsabilidad de guiar a nuestros estudiantes, ellos saben que pueden preguntarle a cualquier IA todas las dudas que tengan sobre cualquier tema, realizar sus tareas e incluso encontrar conexión emocional al tener a “alguien” que los escucha, pero todas estos usos pueden representar riesgos tanto en su desarrollo personal como en temas de salud mental y sesgos que pueden afectar su forma de ver el mundo.

¿Cómo enfrentar este reto? 

Puede que prohibir el uso de inteligencia artificial suene a la mejor opción, especialmente porque sabemos que todos los alumnos se encuentran en distintos momentos de su desarrollo, cruciales y particulares, sin embargo medidas tan estrictas pueden resultar contraproducentes en un ambiente en el que los jóvenes e incluso los niños han aprendido a conectar con otros y hasta consigo mismos por medio de los dispositivos digitales, por lo que es normal que pasen mucho tiempo frente a diferentes pantallas. 

Así, prohibir el uso de dispositivos digitales y cerrar los accesos a plataformas de IA podría tener un efecto negativo, pues será más probable ver un uso furtivo, lejos de la vista de los adultos que les han prohibido acceder a estos sitios y por lo tanto exponerse a contenido no moderado. También resulta riesgoso aumentar su uso disfrazado para la resolución de tareas y actividades que aprenderían a maquillar, de forma que se haría más complejo para los docentes detectar cuándo un estudiante ha utilizado estas herramientas. 

La importancia de uso crítico

El problema en realidad no es que utilicen IA, sino un uso sin moderación ni juicio que podría interponerse en el aprendizaje. Debemos recordar que lo más natural para un estudiante, y en realidad para un ser humano, es buscar rutas más sencillas para resolver problemas, este pensamiento práctico y creativo es lo que nos ha llevado a crear tecnología y por el que es natural que los niños y adolescentes busquen pasar menos tiempo en sus tareas. Para ellos resulta lógico entregar tareas con las respuestas correctas y pasar menos tiempo en resolveras. 

Nosotros como docentes sabemos que el objetivo de las tareas no es sacar diez, sino practicar habilidades, resolver dudas, reafirmar conocimientos y aprender a enfrentar problemas, pero muchas veces la lógica de las evaluaciones hace difícil para los alumnos valorar estas ventajas, para ellos lo importante es la evaluación final, acostumbrados a darle valor a las calificaciones que obtienen y a reflexionar poco sobre lo que han o no aprendido en el ciclo escolar. 

El aspecto emocional

También es cierto que al “conversar” con una IA, los niños y, particularmente los adolescentes, podrían encontrar un compañero comprensivo y adulador que parece suplir la atención que no siempre encuentran en los adultos o amigos, las IA naturalmente le dan la razón al usuario y moderan su discurso de acuerdo a lo que este desea escuchar, razón por la que hemos visto que las Inteligencias Artificiales están comenzando a jugar un papel importante en el desarrollo de problemas de salud mental, al utilizarse en lugar de conexiones reales con otras personas o con adultos que sirvan de guía, en el caso de los más jóvenes, y apoyo emocional. 

Conocer más para trabajar mejor

Enfrentar todos estos desafíos no es nada fácil, la tecnología puede resultar intimidante para un docente acostumbrado a otro tipo de herramientas, pero capacitarnos en su uso, reconocer su presencia en las tareas y discursos de los alumnos, saber cómo funcionan y cuáles son su alcances, así como los riesgos asociados es fundamental en el acompañamiento que podemos dar a los alumnos. 

Trabajar en conjunto para encontrar espacios pertinentes para el uso de IA, que permitan tanto su el uso más creativo de estas herramientas como la exploración de todas sus capacidades es esencial, debemos escuchar a los alumnos y planear en torno a la presencia de estas herramientas, sin prohibirlas, pero sí bajo ciertos límites que permiten un buen uso y aprovechamiento de estas. 

También es muy importante propiciar la reflexión y la negociación en torno a su uso, los alumnos también necesitan crear y fortalecer criterios que les ayuden a tomar decisiones sobre cómo utilizan las IA y qué esperan de ellas. 

Por otro lado, es necesario que los jóvenes encuentren espacios para conectar con sus compañeros, sentirse escuchados y comprendidos por los adultos que les rodean y contar con apoyo emocional para los momentos difíciles, encontrar vías apropiadas para expresar sus emociones y desarrollar formas de gestionar esos procesos. 

Aunque la IA llegó para quedarse y nos sorprende cada día con sus capacidades, es muy importante no perder de vista que, como toda herramienta, requiere de un ser humano capacitado en su uso.